La depresión es una enfermedad que ha crecido exponencialmente en los últimos años y que afecta notablemente la calidad de vida de las personas que la padecen. Su tratamiento depende de un profesional psiquiatra que supervisará qué es lo que debemos hacer para superarla, pero existen métodos psicologicos que pueden resultar muy importantes para su cura. Uno de ellos es la terapia cognitiva conductual y a continuación te contaremos todo lo que debes saber.
¿Qué es la depresión?
La depresión es uno de los trastornos mentales más comunes en la actualidad, y la sufren personas de diferente tipo. Ella se manifiesta de diferentes formas, y dependerá de cada uno en como impacta. Sus síntomas son variados, y algunos de los que más se ven son la falta de interés, hábitos alimentarios incorrectos, deterioro en las relaciones sociales y laborales, pensamientos negativos y/o malestar general.
¿De qué se trata la terapia cognitiva conductual o TCC?
Desde un punto de vista metodológico, la terapia cognitiva conductual es una disciplina científica, y la eficacia de las técnicas o la veracidad de sus modelos no se basan en escritos u opiniones, sino en datos empíricos o experimentales.
La terapia cognitiva conductual, a diferencia de otro tipo de terapias, que se focalizan en los pensamientos inconscientes y ponen énfasis en la catarsis, se aboca a modificar comportamientos y pensamientos, antes que brindarle al paciente la oportunidad de simplemente descargar sus sentimientos. Está orientada hacia el presente, investigando el funcionamiento actual, no habiendo mayores exploraciones del pasado.
La TCC ayuda al paciente a modificar sus pensamientos, emociones, conductas y respuestas fisiológicas disfuncionales por otras que se adaptan mucho mejor a su estado depresivo, por lo tanto ya ha demostrado con creces su efectividad en el tratamiento de personas que la padecen.
La terapia cognitiva conductual (TCC) es un tratamiento que incorpora una mirada holística, o sea que abarca todas las dimensiones del ser, teniendo en cuenta que la enfermedad suele producirse cuando una o varias dimensiones se encuentran alteradas.
Objetivos de la TCC frente a la depresión
Disminuír pensamientos disfuncionales
Para alcanzar dicho objetivo, será necesario identificar las distorsiones cognitivas de magnificación, personalización y minimización, ya que el paciente que padece depresión suele responder a su entorno de una manera rígida y negativa, interpretando las experiencias antiguas y actuales de forma inexacta, a lo que se le añade una sensación de desesperanza.
Incrementar habilidades de autocontrol
Las personas que padecen depresión suelen retroalimentarse de experiencias, situaciones o pensamientos negativos. Se trata de un elemento que debe ser radicalmente modificado, siendo necesario generar las herramientas y habilidades suficientes que contribuyan a que el paciente pueda mejorar su autocontrol.
Optimizar la capacidad de resolución de problemas
Este tipo de pacientes poseen una imposibilidad de resolver problemas o hacer frente a situaciones estresantes, siendo muy vulnerables a este tipo de actos. Siguiendo la línea anterior, habrá que contribuír a que el paciente disponga de las herramientas necesarias para afrontar este tipo de problemas.
Fases de la terapia cognitiva conductual
Fase de evaluación
El profesional recopilará toda la información necesaria acerca de la persona que solicita ayuda. Suele durar 2 o 3 sesiones y termina cuando se encuentran explicaciones psicológicas relacionadas a qué, cómo y porqué del problema.
Fase de explicación de la hipótesis
Por lo general dura una sola sesión y consiste en poner en conocimiento del paciente la información más importante sobre su malestar, presentando a su vez las tecnicas elegidas por el terapeuta.
Tercera fase
Dura entre 12 y 15 sesiones y es la etapa más activa, ya que el paciente aprende estrategias nuevas y las pone en práctica.
Cuarta fase
Es la última etapa y se inicia cuando ya se ha encontrado la solución al problema. Suele durar un año o de 3 a 6 sesiones.