Podemos definir el sonido como una sensación auditiva que está producida por la vibración de algún objeto. Estas vibraciones son captadas por nuestro oído y transformadas en impulsos nerviosos que se mandan a nuestro cerebro.
El sonido es vibración
La vibración de las moléculas de aire constituye una onda de sonido. Estas ondas de sonido golpean el oído externo y se canalizan hacia el oído medio, donde vibran el tímpano. Los tres huesos diminutos que mienten en el otro lado del tímpano recogen la vibración y la pasan en el oído interno. Allí, la vibración es recogido por un órgano pequeño, en forma de espiral llamada cóclea. Los pelos de la cóclea detectan las vibraciones y transmiten el mensaje al cerebro a través del nervio coclear.
El sentido del equilibrio
En el interior del oído interno es una serie de canales llenos de líquido. Estos canales están colocados en ángulos diferentes. Cuando se mueve la cabeza, la rodadura del fluido en el interior de estos canales le dice al cerebro exactamente qué tan rápido y en qué dirección se está moviendo la cabeza. La información de estos canales se pasa junto al cerebro a través del nervio vestibular, que se encuentra al lado del nervio coclear. Si el cerebro conoce la posición de la cabeza, puede trabajar a cabo la posición del resto del cuerpo.
La retroalimentación
El oído interno es el principal órgano de equilibrio, pero el cuerpo también se basa en información de los ojos y de los propios músculos (llamado “sentido muscular” o cinestesia). El cerebro utiliza el oído interno, los ojos y los músculos para determinar con precisión la posición del cuerpo en todo momento.